martes, 20 de abril de 2010

CARPE DIEM

El sol abraza mi cuerpo de 50 años
y sonrío a la primavera.
¡Gracias por haber llegado!
La primavera y mi cumpleaños.
Medio siglo me da derecho,
por lo menos,
a pensar como yo quiero,
a vestir como yo quiero,
a que no me importe
lo que los demás piensen de mí.
A disfrutar de la vida,
vestida de morado.
Vivir el presente,
mirando hacia donde quiero ir,
y sabiendo de donde vengo.

Y para esta ocasión especial, comparto
el poema de la poetisa inglesa Jenny Joseph (1932).

ADVERTENCIA

Cuando sea mayor, me vestiré de morado
con un sombrero rojo que no combine,
y que no me quede bien.
Y gastaré mi pensión en coñac
y guantes de verano y sandalias de satén,
y diré que no me llega ni para mantequilla.

Me sentaré en la acera cuando esté cansada,
devoraré muestras gratuitas en las tiendas
y apretaré los botones de alarma.
Con mi bastón meteré ruido
en las verjas de los edificios
y así me desquitaré de la moderación de mi juventud.

Saldré a la calle cuando llueva en zapatillas,
cortaré flores en jardines ajenos
y aprenderé a escupir.

Extravagantes blusas podré llevar
y un kilo y medio en embutidos devorar
o pasarme una semana comiendo sólo pan y pepinillos,
y guardar cajas llenas
de bolígrafos, lápices y posavasos y cosas.

Pero ahora debo vestir de forma adecuada,
no decir palabrotas y pagar el alquiler,
debo dar buen ejemplo a los niños,
invitar a cenar a mis amigos
y los periódicos leer.

Y sin embargo ¿ no debería practicar un poco desde ahora?
Para que la gente que me conoce y que me quiere
no se escandalice demasiado ni se sorprenda
si cuando yo sea vieja
me visto de morado ¡de repente!

Jenny Joseph