martes, 14 de junio de 2011

MIEDOS NEGADOS

Parecen espinitas clavadas en algun lugar del cuerpo, en el corazón, o en el alma...
Se clavaron allí en nuestra infancia y ahi permanecen.
¿Qué hacer con ellos? ¿Se pueden diluir, deshacer, soportar, tolerar, superar, transmutar...?
Si pudiera mostrarlos, si pudiera expresarlos, cuánto esfuerzo y cuánta energía me hubiese ahorrado.
Cuando he hecho algún intento, en alguna ocasión que ha propiciado que me arriesgara y que expresara mis miedos, ha ocurrido algo: Al compartir, en la no-negación, estos miedo y poder verbalizarlos con alguien, sucede algo nuevo.
Toman un cariz distinto, los puedo ver con suficiente distancia para poder ver todos los detalles de forma distinta a como los veo yo sola.
Creo que el mayor miedo negado es el miedo a que no me quieran o a estar sola.

miércoles, 8 de junio de 2011


Gotas de dolor, lágrimas de rabia, esencia de impotencia, aroma de soledad.
Una niña que se pregunta ¿porqué? Su pregunta se queda sin respuesta.
Sus ojos buscan la aceptación y esperan una mirada que responda a su llamada.
En vano, espera, y espera, y se esfuerza, prueba aquí y allá,
siempre hay algo que mejorar, revisa y repasa donde puede estar el fallo.
Consigue por fin, o eso parece, corregir cualquier fisura.
Pero la mirada del apoyo, como ella espera, no llega.
El tiempo pasa y la niña ya no es tan niña.
La mujer en la que se ha convertido ha recogido el testigo,
y sigue con el agotador trabajo de buscar un imposible.